Publicaciones bipolares; todo depende del estado de ánimo.

17 ago 2011

¤ De cenicientas y princesas.

¿Qué tiene la boda de una princesa que nos emociona tanto? Nos imaginamos siendo ella.
Lo mismo que muchas queremos es que las comedias románticas acaben bien; porque nos identificamos con la enamorada, con la despechada o con la que lucha por conseguir el amor. Lo mismo que hace que nos encanten los cuentos de hadas. Nos vemos reflejadas en esas historias anhelos latentes en nosotras, más fuertes muchas veces, de lo que queremos reconocer. Queremos ese vestido, esa mansión...pero sobre todo lo que queremos es vivir una historia de amor, el romance perfecto.
Y eso está muy bien, qué les iba a decir yo del amor que no fuese bueno, del motor de la vida, de lo que mueve nuestro espíritu y de todo lo realmente bello que se crea en el mundo, de los actos más nobles, de las creaciones más inspiradas y de los pensamientos más elevados... Pero lo que no es tan sano es obsesionarse con el "amor perfecto", el escenario del cuento. Ideal, abstracto, ajeno, vivido por otros, irreal. No nos podemos quedar anhelando algo que ni siquiera existe. Los príncipes de la televisión son humanos al fin y al cabo, con otros problemas pero con los mismos miedos y dudas que cualquiera de nosotros. No vamos a perdernos lo mejor de la vida por exigencias sin sentido, expectativas delirantes de rica heredera y demás patrañas.


Olvidate del "amor perfecto" Walt Disney tuvo la maravillosa idea de crear al príncipe azul que nunca llega y que todas como tontas seguimos esperando y decimos: "algún dia llegara el perfecto" Si!! ALGUN DIA!.. Mientras tanto, sonreile a la vida, y mientras esperas a tu media naranja proba mandarinas ;)